jueves, 20 de octubre de 2016

Voluntaria: Carolina en Malabo (Guinea Ecuatorial), Feb-Mar 2016.

Parte 2


"...El día a día en el centro de salud no siempre ha sido fácil. Al vértigo de presentarte como doctora y tener responsabilidad sobre el paciente, se suma la falta de medios….  Hacerse a los ritmos, a las formas de trabajar, a la forma de tratarse unos a otros ha sido seguramente lo más difícil de todo. Las situaciones complicadas de los pacientes te generan tristeza, impotencia, rabia,… pero te vuelcas con lo que puedes... en medio de todo esto también hay gente muy válida, gente dispuesta, gente trabajadora, con ganas de aprender y de ayudar… que además de ser los que tiran de esto cada día han sido un apoyo muy grande y nos han enseñado un montón.   No puedo dejar de hablar de lo muchísimo que he aprendido de Valle. De su paciencia, de su entereza, de su manera de hacer, de escuchar, de ver más allá… 

Los lunes en el colegio estuvimos dando unas charlas de educación sexual y afectiva a los chicos de ESBA (ESO). Fueron agotadoras, pero lo cierto es que salieron genial y tanto Valle como yo disfrutamos mucho preparándolas e impartiéndolas. Los chicos entraron muy bien, participaron mucho, y quedó claro que la iniciativa era mucho más que necesaria. Las horas de colegio restantes básicamente mi labor fue estar disponible para lo que pudiera hacer falta...Entre tanto las tardes se me iban entre clases de apoyo, ratos con las internas, entrenamientos de baloncesto, paseos, y tiempos de descanso, lavar ropa etc. 

Poco a poco entre una y otra actividad las caras del barrio iban tomando nombre, y pasear entre la casa y el colegio me hacía sentirme muy en casa (sobre todo cuando los niños que jugaban en la acera de enfrente aprendieron mi nombre y pasé del “¡china, china!” “¡que no que es española!” “¡china!” a un “¡¡hermana carolina!!”) Las adolescentes lo son en cualquier parte del mundo, y no he podido evitar sentirme trasladada a mi querido Pozo en cada una de las tardes pasadas con las niñas del internado Jesús María. La intensidad de las emociones, los primeros amores, las dudas, los sueños, la sensación de ser todopoderoso y poder llenar el futuro de lo que queramos, la rebeldía,… esos momentos en los que intentas explicarles que eso con lo que sueñan hay que construirlo ahora, que además de fantasear hay que ir poniendo piedras y cemento,… y la sensación de quizás poder añadir un ladrillito a esa catedral, si se puede bien cuadrado, que ayude a que el muro vaya recto, y si tiene color, mucho mejor."

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