Durante quince días hemos estado conviviendo voluntarias de entre 18 y 21 años procedentes de Zaragoza, San Sebastián y Barcelona en el colegio de Jesús-María San Gervasio. A lo largo de estas dos semanas, hemos estado acudiendo a la casa de familia Nazareth donde hemos colaborado en todas las actividades de verano que se organizan para las niñas que allí residen y apoyando en la medida de lo posible en lo que hiciese falta.
Se nos presentó ante nosotras un reto personal y una nueva oportunidad de conocer un entorno distinto que nos ha permitido crecer como personas y profundizar en nuestro autoconocimiento.
Dedicábamos las mañanas a realizar actividades con las niñas del centro, como por ejemplo: organización de talleres, apoyo escolar, salidas a la playa, además de acompañamiento en las actividades diarias y propias de su día a día. Al introducirnos en su realidad y convivir en su espacio, hemos podido poco a poco acercarnos más a ellas, y comprender situaciones que anteriormente eran ajenas para nosotras.


No podemos olvidar que esta experiencia es posible gracias a Jesús-María, y especialmente a la comunidad de religiosas de San Gervasio, que trasmitiéndonos el espíritu de Claudina, nos han acogido desde el primer momento y nos han hecho sentir como en casa. Ellas han sido una parte fundamental para que esta experiencia haya tenido sentido y nos hayamos sentido tan cómodas.
Gracias por darnos la oportunidad de sentir y vivir una experiencia cómo esta. Seguimos caminando…
María B., Elena F., María P., Sara, Blanca y Elena A.
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