Segunda Parte
Oasis II
Una realidad llena de misioneros, voluntarios, que les abren horizontes, los llenan de esperanzas, pero sobretodo personas que muestran interés, se preocupan y se ocupan de ellos. Imprescindibles, para ellos, ya que no se sienten solos en el camino.
Una realidad que habla de gratitud y solidaridad sin palabras.
En muchos momentos me hablaron de mi generosidad y gratitud por ir a compartir mi verano con ellos. Lo mío no es nada, comparado con la entrega que tienen todos los implicados en el centro comunitario. Para que los niños/as que se acercan se encuentren en casa y para que los proyectos sigan adelante.
Mi “OASIS” en medio de la nada es mi segunda casa. Una casa en la que el Dios de la vida cobra sentido y está presente en cada rincón. Un “OASIS” en el que se respira “Claudina Thévenet”.
Gracias al Dios de la vida por esta experiencia que llena mi corazón de humildad, paciencia, confianza, generosidad y entrega. Espero ser capaz de llevarlo a cabo en mi día a día".
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